miércoles, 30 de abril de 2008

Mayo cordobés

El mes de mayo es exprimido al máximo en la ciudad de Córdoba. El tiempo aún es bueno, lo que quiere decir que la temperatura todavía no llega a ser sofocante, y la población autóctona aprovecha para celebrar varias fiestas encadenadas.

El pistoletazo de salida lo ha dado la batalla de las flores, evento que, pese a mi condición de cordobés adoptivo exiliado, desconocía hasta la fecha y que descubrí en el diario "20 minutos". Lo que son las cosas.

Este año 2008, entre el 30 de abril y el 4 de mayo se celebran las Cruces de Mayo. Es esta una tradición de origen cristiano, consistente en la fabricación de cruces de flores que posteriormente son expuestas en diferentes lugares de la ciudad. Cada comunidad de vecinos, hermandad, cofradía o asociación implicada situa su propia cruz, con los correspondientes adornos florales anejos, en la plaza de su barrio, y junto a aquélla, una barra donde se sirven tapitas, cervecitas y demás productos gastronómicos, con el objeto de ayudar a sufragar las actividades de la asociación en cuestión.

Del 7 al 18 de mayo, el concurso de Patios es una buena oportunidad para pasear por la ciudad y visitar los patios de vecinos participantes. Se trata de patios pertenecientes a comunidades de vecinos, repletos de macetas, árboles frutales y otros detalles. En algunos de ellos existe también un bar donde tomar un refrigerio. En una ocasión estuve en uno donde nos ofrecieron una copita de vino gratis por el mero hecho de visitarlo. Y es que, para qué negarlo, las cosas gratis nos gustan mucho a todos, ¿o no? Hay que decir que esta fiesta no es apta para alérgicos al polen.

Del 7 al 11 de mayo, el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Montila.Moriles organiza la Cata del Vino Montilla-Moriles, cuyo objetivo es la promoción comercial de los vinos de la mencionada comarca cordobesa. Se trata de una festividad especialmente recomendada por Rafa Bretón, en su carácter de cordobés vitivinícola, cómo no. A la entrada al recinto, se ofrece al visitante la oportunidad de adquirir unos bonos por 5 ó 10 consumiciones, a un precio más o menos razonable. Estos bonos sirven para degustar cualquiera de los vinos que se promocionan en los puestos de las diferentes casas vinícolas: desde el popular Pilycrim hasta los más caros Tres Pasas.


Del 24 al 31 de mayo, la Feria de Córdoba atrae hacia el recinto del Arenal, junto al Estadio del Nuevo Arcángel, a la gran mayoría de la población de la ciudad. La variedad de las casetas, cuya oferta no se limita únicamente a sevillanas y rumbas, el hecho de que sean muy espaciosas, y que no sean de carácter privado, hacen que la comparación con la feria más conocida del país (la de Sevilla) incline la balanza claramente en favor de la de Córdoba, de carácter más abierto y participativo, si bien este comentario debe hacerse extensivo a cualquier feria, puesto que la única que conozco que tenga casetas privadas es la de Sevilla. Mención aparte merece el microclima generado a base de finas gotas de agua que salen de unos tubos de goma que recorren las calles principales del recinto para aliviar el calor en las horas diurnas. Un invento.


Bueno, pues ya sabéis: Si estáis aburridos este mes, os podéis dar una vueltecita por allí, que Pilycrim no va a faltar. Nótese que cuando escribo Pilycrim no estoy cometiendo una barbaridad lingüística. En efecto, es un Pale Cream. Pilycrim es una marca comercial que aprovecha la pronunciación cordobesa de la expresión anglosajona.


Podéis encontrar más información sobre estos y otros eventos en la web de Turismo de Córdoba.



Saluti.

AP

2 comentarios:

Rafa dijo...

Ole pisha! Que currao! Te veo ya cordobés del to! Sólo te falta aprender a decir "sais"

El Puli dijo...

Sais, sais, sais, de number of de bais.